jueves, 25 de septiembre de 2014


Podría decirte que en lo primero que pienso en levantarme eres tú, en las ganas que tengo de verte cada mañana, podría decirte también que cuando te miro te comería a besos y no me cansaría nunca, debería decirte que cuando me miras y sonríes de esa forma tan tuya, pierdo el norte, que cuando me llega un mensaje que lleva tu nombre, sonrío como una tonta, que busco tus ojos entre la multitud, que me ausento y me imagino como serían las cosas si estuviéramos juntos. Podría decirte que me distraigo pensando en el porqué de todo. Pensando en por qué todo es tan complicado, en por qué no puede haber un nosotros si en secreto, a nuestra manera, ya lo hay. Pensando en como soy yo cuando estoy contigo y en como me siento cuando te vas. Podría decirte que olvido el mundo que me rodea cuando estás al otro lado del teléfono, que me siento en una nube cuando leo que me llamas preciosa, y aún me siento mejor cuando me lo dices a centímetros. Que te miro a los ojos y solo puedo pensar en lo adorable que eres, que te abrazaría a todas horas y no te soltaría. Y supongo que también debería decirte que me encanta sentir que te preocupas por mí, que me encanta que empieces las conversaciones y me digas que te tengo ahí para todo. Que adoro la confianza que tenemos, que me encantas tú. Tu forma de ser, tu forma de tratarme, de hacerme reír. Podría decirte que me alegras las noches y los días, que gracias a ti me acuesto feliz, y podría decirte también que eres la última persona a la que le digo "te quiero".
Podría decirte tantas cosas que quizás nunca terminaría, que las cosas casi nunca son como uno las quiere, y que supongo que me encantas, sí, todavía no he adivinado en que contexto, pero solo sé que contigo me siento bien y que no quiero perderte nunca.

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