viernes, 29 de noviembre de 2013

Lost.

Hace tiempo que escondo lágrimas tras una sonrisa. Hace tiempo que no encuentro la estabilidad en mi vida, todo está mal. Mi mundo se ha oscurecido y mi castillo se me está cayendo encima. Nadie está ahí para impedir que me caiga. Me siento sola, perdida. En un mundo lleno de fingidas sonrisas y falsos "estoy bien". Perdida en un mundo donde todo es gris. Donde los finales felices hace tiempo que no existen. No sé donde estoy. No sé quién soy. Me he perdido a mí misma. He perdido a esa niña que llevaba dentro que siempre era feliz. A esa niña que siempre sabía salir de lo más hondo. He perdido a Celeste. Estoy en un momento de mi vida en el que todo ha dado un giro de 180º. Nada está como debería estar o como quisiera que estuviera. Nadie sabe realmente como me siento. Necesito que haya alguien que me diga "basta, todo estará bien". Necesito un abrazo, un abrazo de los de verdad, de esos que paran el tiempo y te hacen suspirar. Un respiro, un tiempo.
Es como si la vida pensara que todavía no he recibido bastantes golpes seguidos, y me propina uno detrás de otro, al principio lo soportaba, ahora me duele. Ahora me duele porque me esfuerzo y no llego. Lucho y no consigo nada. Todo es en vano. Soy una persona fuerte. He superado muchas piedras que se interpusieron en mi camino prácticamente sola. Pero ahora me siento débil, confusa, sola, indefensa, vulnerable. Tal vez esto sea solo un bache, un bache que ha decidido colocarse justamente ahí, en mitad de mi trayecto. Y yo creo que conseguiré pasarlo, con o sin ayuda de nadie.

jueves, 28 de noviembre de 2013

Winter.

-Queridos blogueros que me siguen, siento mucho no subir tan seguido en el blog, hace tiempo que no me viene inspiración y no saco tiempo. El instituto, los deberes, los exámenes, y todo lo que no son las clases me tiene muy estresada. ¿Qué tal os va todo? Dentro de nada son las vacaciones de Navidad y ya ha llegado el invierno. ¿Qué queréis que pase por navidad?-

Hola, invierno. 

El verano se ha ido, tal vez demasiado rápido, y ahora ha dado paso al invierno. Esa estación del año, adorada por algunos, odiada por otros. Yo, personalmente, la odio. Odio el frío, no me gusta nada. Es hora de sacar las bufandas, los guantes, las sudaderas, las botas y los gorros. Es hora de ir al instituto con paragüas más de una mañana. Hora de tardes en casa con la calefacción, y tal vez, un chocolate caliente. Tiempo de ver películas acurrucados en el sofá. De ver caer la lluvia, o quizás, la nieve, desde la ventana de tu habitación. Otro año más, llega la navidad. Los regalos, las luces, el calor familiar, los villancicos, los abrazos, los recuerdos, los dulces, la felicidad. 
El tiempo de recordar a los seres queridos que ya no están, pero que en el fondo de nosotros siguen presentes. Tiempo de reír, de llorar, de abrazar, de soñar, de volar...volar en un mundo de ilusión. Brindar cada noche por los que se fueron, por los que permanecemos, y por los que tienen que llegar. Y al final, decir adiós al 2013, siempre con una sonrisa en la cara, y tal vez, alguna lágrima en las mejillas.