lunes, 31 de agosto de 2015

Distance.

Y de repente pasa lo inesperado, lo nunca hablado, lo jamás vivido, aquello que en su día dijiste que no harías y que ahora te ves esclava de tus propias palabras, pasa que empiezas a darte cuenta de que lo peor de la distancia es echar de menos, y empiezas a replantearte si de verdad es cierto que la distancia separa cuerpos y no corazones, o tal vez el separar cuerpos, hace que se distancien los corazones. Empiezas a pensar si de verdad vas a poder soportarlo, tú que odias echar de menos a las personas que te importan, ¿cómo vas a poder llevar un tipo de relación así? No lo sabes, dudas de ti, una y otra vez, sin embargo aun así, tratas de animarte a ti misma, diciéndote que no importan los km, le tienes a él y con eso te vale, esté donde esté, pase lo que pase, y te ilusionas pensando en las próximas veces que vais a poder veros y empiezas a contar los días y a tranquilizarte mentalmente diciendo "un mes no es tanto...pasará rápido..."
Pero entonces te rompen todos tus esquemas de golpe. No va a pasar un mes, va a ser más. Se te hace un nudo en el estómago solo de pensarlo. Te tiembla el cuerpo, se te seca la boca y los músculos se te tensan. No vas a soportarlo. No puedes estar tanto tiempo sin tocarlo. No puedes. no. que no soportas echar de menos, que odias la distancia, que necesitas el cariño diario en una relación, que odias las relaciones a distancia, no vas a poder.
Y entonces empiezas a lamentarte una y mil veces, a preguntarte en qué estabas pensando cuando decidiste meterte en esto, y tú misma te respondes mentalmente, que en lo único que pensabas era en que no querías hacer tu vida sin él, y ahí empezó todo. Y eso es lo que hace que todo cobre sentido de nuevo.

Be here now.