jueves, 13 de septiembre de 2012

Reencuentro.

Trato de evitar el reencuentro, hasta que no tenga más remedio que mirarle y sonreír. El tiempo se ha congelado, se me encoje el estómago  y respiro. "No pasa nada, todo está bien". Me miro al espejo y me seco las lágrimas, sonrío. 
Silencio.
Mi sonrisa desaparece, se ha convertido en un rostro lleno de lágrimas, de nuevo un sollozo se oye en el cuarto de baño "Puedo con esto." Me repito una y otra vez "Soy fuerte, saldré de esta." Trato de convencerme a mí misma y suspiro, me siento en el suelo con la cabeza entre las piernas y jadeo, la ansiedad y la frustración se apoderan de mí, siento unas pequeñas convulsiones y mi corazón bombeando deprisa, oigo mi respiración agitada. "Para, no te mereces esto." Vuelvo a decir en voz alta.


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