miércoles, 20 de mayo de 2015

Posdata, te quiero.

Has cambiado.
Ya no eres el mismo que eras meses atrás, cuando éramos tú y yo sin importarnos nada, cuando no éramos nada pero lo éramos todo. Ya no eres el mismo chico que me mandaba mensajes de buenos días ni el mismo chico que me pedía que me quedara hablando con él por las noches. Ya no eres el mismo que me hacía reír a través de la pantalla de mi móvil. El mismo que me abrazaba porque le apetecía, el que se me acercaba al oído para hablarme de cerca y buscaba mi mirada con los ojos. No eres el mismo que se preocupaba por mí todos los días ni el mismo que me complementaba, porque simplemente hace tiempo que ya no estás. Ya no estás en esos días en los que me siento sola, sin nadie que se preocupe por mí ni me quiera. No estás cuando lloro y necesito que me des un abrazo, no estás cuando estoy eufórica y necesito contarte algo.
Has pasado de formar parte de mi día a día, a ser una especie de capítulo bloqueado que aún no quiere terminar. Porque poco a poco, sin un motivo ni una explicación, te alejaste hasta desaparecer casi por completo de mi vida, probablemente sin saber que para mí eras imprescindible en ella.
Y así fue como entendí que yo ya no te importaba como antes lo había hecho, y empecé a dudar sobre cada palabra dicha y cada promesa sin cumplir, porque ya nada de lo que habíamos vivido, aparentemente importaba y me costaba creer que ahora todo fueran simples recuerdos que pertenecían al pasado, porque para mí siempre fuiste mi presente. Que he tenido que decirte adiós a la fuerza, sin estar preparada para soportar tu ausencia. Y que a pesar de todo, sigues sin marcharte del todo, te quedas ahí, en mi corazón y en mi vida, torturándome con este sentimiento que hace meses que me persigue y que yo tanto odio. El sentimiento de echar de menos, de echarte de menos, de echar de menos todo lo que fuimos y lo que podríamos haber sido, si hubiésemos sido.
Eres eso que me daña y me sana a la vez, a pesar de que hace tiempo que el dolor que siento es mayor al ver como te has alejado, como nos hemos ido ignorando, hasta convertirnos en dos simples conocidos, con miles de recuerdos en común.
Y que al final de cada día, echo de menos cada recuerdo y cada rastro de ti, que has sido y eres una de las mejores cosas que me han pasado, y que si alguna vez te acuerdas de mí, quiero que me recuerdes por la historia que pudimos haber sido y que te negaste a escribir.


Posdata, te quiero.

4 comentarios:

  1. Sólo puedo decirte...que todo pasa por algo. Todo.

    ResponderEliminar
  2. Buenas celeste soy pedro y me gustaria decirte que me encanta lo que escribes e estado leyendo todo lo que as escrito desde que lo publicastes en instalgram y en verdad me an calado muy hondo cada palabra porque se nota que lo escribes con el corazón y que me gustaria seguir leyendo y te lo digo hoy porque ya me cansado de aparentar un chico duro que no soy espero que no dejes de escribir este blog enserio un besazo y un enorme abrazo cuidate

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias, Pedro. La verdad es que me ha sorprendido que me leyeras y me dejaras un comentario, me alegro de que te haya gustado, otro besazo.

      Eliminar