martes, 28 de agosto de 2012

Sentir y no ver.

Echo de menos muchas cosas y a muchas personas, los que faltan hoy, los que faltaron ayer, y los que faltarán mañana. Echo de menos, por ejemplo, el aroma de sus besos. O bien, a mi yayo. Sí. Le añoro bastante, añoro a mis amigas del colegio, a mis años de cambios y evoluciones. A todos mis seres queridos que hoy no están y a los que siguen aquí, tan cerca y a la vez, tan lejos.
Las pérdidas pueden ser ganancias. Y una vida puede dar paso a otra nueva.
Yo sigo llevando en mi corazón a todas las personas que quise, y que quiero. Y siento que están conmigo, aunque físicamente no pueda verlos, guían cada paso que doy.
Al igual que tus padres, que te protegen condicional e incondicionalmente. La vida sigue, paso a paso, poco a poco. Pero sigue. Y hay que vivirla siempre con una sonrisa, vivir cada momento como si fuera el último. Por qué si la vida son solo dos días...
No los gastaré llorando. 

 

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